miércoles, 21 de diciembre de 2016

Nota para el olvido N1

Notas para el olvido N1
Con mi actual compañera de depto. solemos llegar del trabajo, conversar y hacer algunos juegos mientras nos volamos. Hace algún tiempo, mientras nos fumábamos un pito se nos ocurrió escribirnos una carta para leerla cuando estuviéramos sobrios, el resultado fue la raja. Una carta totalmente sincera a mí mismo. Así, se me ocurrió la idea de escribir algunos relatos en este mismo estado, a lo cuales llamare “notas para el olvido”
El ultimo respiro
Toda mi vida ha sido un cambio constante desde mi nacimiento. Cambios constantes de casa, nanas que me cuidaran, colegios, amigos, parientes, barrios, lugares, sensaciones, etc… Nací acostumbrándome al cambio, al giro inesperado, a la situación inadvertida, al final alternativo. Todo cambiaba y nada permanecía. Así desarrollé este sentimiento de no pertenencia, de desapego. Todo pasaba y se iba. Seguramente esto explica muchas cosas de cómo me comporto en sociedad, soy el tipo tímido en un principio, el que está a la defensiva siempre, el que muchas veces al día no sabe tener una conversación trivial. No me molesta, me da mi identidad y pese a los prejuicios, hace mucho tiempo supe aceptarme, si los demás no lo hacen, no me interesa. De esa manera pasé mi adolescencia y mis veinte, apegándome poco a las cosas, disfrutando cada momento y detalle, porque sé que son efímeros, que al igual que todo, no permanecerán siempre.
He aplicado esta manera de vida a muchos aspectos:
Vida amorosa: Tengo la idea de que desde mi última ruptura no me he dado el tiempo ni la oportunidad de estar seriamente con alguien y de eso ya van a ser 4 años. Siempre que sentía que cuando la relación entraba en tierra derecha, yo buscaba alguna imbécil excusa para terminarla. Y muchas de esas veces terminé siendo un completo imbécil.
Amistades: Creo que en repetidas ocasiones herí a amigos solo por el hecho de que ellos me hirieron primero. Tiendo a aplicar la ley de compensación o el “ojo por ojo” e exceso. Una vez satisfecho, simplemente deje de hablar con varios a quienes alguna vez llame verdaderos amigos, y solo fueron estupideces. Jamás me ha complicado dejar atrás a las personas que siento que no me aportan cosas positivas en mi vida. ¿Estaré mal?
Vida familiar: Sin ahondar mucho en el tema, básicamente no tengo relación con mis padres, mi medio hermano es inexistente para mí, así como yo para él. Entre todos los que me han herido, diría que mi familia es la que mayor daño puede hacer (nota irónica; mi viejo me acaba de llamar solo para pedirme un favor y plata)
Vida laboral: Entre todas, esta ha sido la que más complicada se me ha hecho de sobrellevar. Tener conversaciones estúpidas como la última que se mandó de la Fiera, el reallity de turno, pelar al compañero de trabajo, hablar incansablemente de las labores que desarrollamos como si no existiera más vida que esa. A mis parejas, amigos, los elijo yo, pero a estas personas no, y estoy obligado a convivir con ellos día a día. No digo que toda la gente con la que he trabajado es desagradable, pero si lamentablemente la mayoría, en especial los jefes, solo una vez en la vida he tenido un jefe decente. Creo que lo que más me atrapa de esta vida es la rutina, es exactamente lo contrario a como crecí. Así mismo, como cambie frecuentemente de colegio, cambio de trabajo. La vez que más he durado en una pega, es en la actual. Llevo 1 año 8 meses. Duro poco en estados cíclicos. Todo esto añadido al hecho de que a mis 29 años, me vengo a dar cuenta que el rubro que estudie es una mierda, que me gusta lo que hago, pero el sistema te lleva a hacer cosas que jamás hubiera deseado. No sirvo para eso. Tampoco sirvo para soportar prepotencias, no sirvo para sentarme todo un día a digitar números sin sentido, me mata saber quedía a día estoy perdiendo mi tiempo. Me estremece apreciar el cambio en mis percepciones, cada día me parece más corto. Al parecer la repetición hace que por acostumbramiento mi cerebro deje de registrar las partes memorizadas, haciendo que cada salida y puesta de sol parezca más rápida.
A los 25 años estaba en mi última relación. Aún no era papá y estaba en mi último año de carrera buscando la práctica. A partir de ahí, los cambios se detuvieron significativamente, así que comencé provocarlos. Me cambie seguido de trabajo, pase por tiempos de cesantía para hacer cosas distintas. Ya en soltería, estaba con varias mujeres. Cuando me fui a vivir solo, cambiaba de casa por lo menos una vez al año. Salía a carretear solo, intentaba conocer gente con otras formas de pensar que me presentaran nuevas ideas que madurar en mi mente. Esa parte de mi vida aún me gusta, porque me acomoda. Descubrir cosas nuevas es lo que yo creo que da sentido a todo. Esa parte impredecible con la que me crié. El gusto por lo diferente a lo ya conocido.
Así llegue a los 28 y encontré un trabajo totalmente estable, fácil, regularmente bien pagado. Me cambie a vivir a provincia, quedando a 20 minutos de viaje entre mi depa y mi trabajo. De algún modo, me establecí. Veía siempre a los mismos amigos, mi relación con mis viejos se estabilizó. Deje de salir solo y conocer gente nueva y mantuve al mismo grupo de personas con las cuales carretear. Cree la rutina cotidiana para mí mismo. Levantarme a las 6:30, para llegar al trabajo a las 8:00, ocupar mi día hasta las 18:00 en el trabajo, volver a casa, pasar a comprar para la once y ocupar unas 4 o 5 horas para hacer lo que me gusta, escuchar música, leer algún libro, historieta o manga, ver alguna película o serie, carretear con mis amigos, fumarme un pito solo y echar a volar mi mente en pensamientos que se pierden en el olvido. Al día siguiente repetir. Los fines de semana estaban destinados al carrete o a mi hija, excepto por muy pocas excepciones en las cuales los fines de semana me dedicaba a viajar, a ver a mis amigos a Serena o al litoral central con mi hija. Mi vida se vio súbitamente reducida a esta corta descripción de 7 líneas.
Por casi un par de años este sistema me acomodo. Me volví sedentario, deje mi estilo nómada para asentarme en mi solitaria rutina. Eso era hasta hace unas semanas, cuando en mi trabajo me mande una cagada que ameritaba el despido casi inmediato. Un error de digitación había provocado una perdida para la empresa de 10 millones. “Ctm, estoy cagao”, pensé. En alguna época de mi vida pase 6 meses cesante, lo que me dejo una buena montaña de deudas para poder sobrevivir. Ese recuerdo me vino al instante a la mente. Sentí ese dolor de estomago que se manifiesta cuando los nervios están de punta, exactamente como cuando una pareja te cuenta que te cagó. El día de ese cagazo fue horrible, no me echaron de inmediato. Llegue a mi depto y me eche en la cama mirando el techo. Pero ahí fue cuando apareció mi compañera para aclararme la vista. Esta situación no era un problema o un dolor de cabeza, sino que era exactamente la mejor de las oportunidades para hacer lo que mejor sé, improvisar, rearmarme, empezar de cero una vez más. La posibilidad de volver a lo impredecible, a lo no establecido. ¿Un par de años me habían cambiado tanto? “¿Y si tomo mi finiquito y lo uso para comprarme una moto e irme a la ctm a recorrer el sur de chile?”, “O podría invertirlo en algún tipo de negocio y no obedecer mas a horarios de oficinas de mierda” o “Tal vez debería usarlo para sobrevivir hasta que vuelva a encontrar pega, pero no quiero seguir como hasta ahora, quiero hacer otra wea”, todos esos y muchos más pensamientos se revolvían en mi mente esa noche. Han pasado algunas semanas, parece que se tomaran su tiempo para echarme, pero definitivamente, cuando pase, voy a mandar todo a la cresta. No pienso ser otro ladrillo en la muralla, no pienso dejar que armen la muralla. Es hora de pegarme un ultimo respiro.
- Cristian

sábado, 25 de julio de 2015

Casa ocupa


Estaba trabajando en San Antonio, la primera pega profesional que tenia. Era un típico practicante, ganaba una miseria, que con suerte me alcanzaba para pagar los pasajes y gastos básicos. Era entretenido de todas formas, los maestros, antiguamente choros de puerto, me contaban historias que parecían salidas de un libro de Pedro Lemebel.  Por ejemplo, que una vez un profesional de terreno no les había querido pagar el suple (anticipo, quincena) y ellos piolamente lo encerraron en un container, juntaron madera alrededor y le prendieron fuego, decían entre risas. Yo sintiendo que mi entrepierna se comenzaba a mojar. Por suerte siempre he tenido buena relación con los maestros y yo solo sufrí una amenaza con arma blanca, una cosa poca, nada que un poco de labia y unas piernas rápidas no pudieran solucionar.
Mi rutina consistía en pasar la semana allá en San Antonio y volver a Santiago los viernes tipo 5 de la tarde. Y llegaba directo a realizar las llamadas correspondientes para organizar el carrete, que por ese entonces tenía punto fijo. Casa ocupa, era una casona de campo abandonada que a un amigo de nuestro grupo de carrete, habían dejado encargada, puesto que el dueño se había ido a viajar por Europa unos 2 meses, pero que finalmente se quedo a vivir por esas tierras. No tenia muebles, el baño apenas funcionaba, tenia luz y un patio que en realidad eran un par de hectáreas y hasta un canal pasaba por el terreno. Nos reuníamos viernes y sábado a tomar, tirar la taya, y reír hasta que amanecía.
Mi mejor amigo, Fabián, siempre se dejaba caer ahí conmigo. Los otros que siempre estaban ahí eran: Las hermanitas Alarcon, la Feña y la Javiera, simpáticas y bonitas las dos, pero para nada de estas que se quiebran y se creen el hoyo del queque. La Javi pololeaba con Osvaldo, mi segundo mejor amigo, pero que por lo general no iba a los carretes por su trabajo (barman), y si llegaba, llegaba tipo 5 cuando todos ya éramos historia. Estaban los dueños de casa, los hermanos coño Larga historia): El Toño y el Nacho (quien tenis el cuidado de la casa ocupa). El resto eran personajes random, que a veces iban y a veces no.
Por lo general eran carretes piola en el sentido de que nadie se ponía weon, nunca vi ni una sola pelea en esos carretes, excepto la que, por metido, provoque yo mismo.
Era un día sábado, 3 de la mañana más o menos, y todos escuchábamos a Bob Marley y cantábamos enérgicamente al ritmo del reggae. Estábamos en una volada completamente profunda y centrada en el amor a todos, pero en la buena onda, no me refiero a que fuera una orgia, sino que todo era hermandad. Pero el amor se les fue de las manos a algunos. Estaba hablando con la Feña y vamos pasando por fuera de la cocina y vemos a Fab  con la Javi demostrándose todo el cariño del mundo, con corrida de manos incluida. Fab me vio y me estira la mano haciéndome un ademán para que siguiera mi camino y no me metiera en weas que no son mi problema.
- Feña ¿Viste lo mismo que yo?
- ¿Que estaban tirando el Fab con la Javi? Si los vi, ¿Qué tiene?
- ¿Cómo que qué tiene? La Javi esta pololeando con el Osvaldo po, se lo está cagando a vista y paciencia de todos, se va a enterar y va a quedar la caga.
- Nadie más los ha visto creo yo, así que si no decí nada, no va a quedar ninguna caga. ¿Además nunca te han dicho que no te metas en problemas de pareja?
- Puta pero se están cagando entre mis mejores amigos po, ¿Cómo me voy a quedar callado?
- Mira el que esté libre de pecado que tire la primera piedra y ya me diste lata weon, mejor vamos a bailar un rato
Seguimos carreteando y  se nos paso la noche, en esa ocasión había mucha gente en el carrete así que pase por alto el incidente., incluso llego Osvaldo tipo 6 de la madrugada. Al día siguiente nos  juntamos con Fab.
- Oie weon, así que anoche te comiste a la May, ¿Y qué tal?
- Nada po weon, ¿Que te voy a decir?
- Puta que te comiste a la mina de uno de tus mejores amigos po weon
- Pero weon si terminaron, o eso supe la semana pasada
- Mira maricon de a peso, dos cosas, uno, no te podi comer a la mina de un amigo, aunque hayan terminado, esa wea no se hace. Dos, tu sabi como son, terminan vuelven, terminan… Te apuesto lo que quieras que están juntos y tú te cagaste al weon de tu amigo.
- Vo y tus reglas para todo weon. Además cuando te hay comido a una mina y antes del primer beso le deci: ¿Oie y tu, estas pololeando? Ni el weon mas idiota hace eso, si la mina se te tira es porque quiere tirar, es problema de ella si está comprometida o no.
- Eri muy amariconao weon. Recuérdame nunca presentarte una de mis minas weon
- Pero contigo es diferente po weon, somos hermanos, viejo.
- …
Pase varios días pensando en el tema y si seguir o no el consejo de la Feña de no meterme donde no correspondía. Al pasar el tiempo me di cuenta que si fuera mi situación, que mi polola me cagara y un amigo supiera, me gustaría que me dijeran.
Así que un día, algunas semanas después, estaba con Osvaldo tomándonos unas chelas y le dije:
- Oie viejo, tengo que contarte algo y es mas incomodo que la cresta, pero creo que te mereces saberlo.
- ¿Pa’ que poni esa cara de seriedad weon? Nunca te había visto tan serio. ¿Qué pasa weon?
- Puta weon, no sé como decírtelo suavemente, así que voy a decirlo no más. La Javi te cago con Fab
- ¿Qué wea? Pero si la Javi es fiel po weon, ella me ha dicho que nunca me ha cagado y que jamás lo haría, vo soy weon. ¿Queri que termine con ella pa engrupírtela weon? Eri un conchadetumadre weon
- A ver, a ver weon, ¿Qué mierda te pasa? Te estoy contando una wea seria y me sali con ese chiste de que te quiero quitar a la mina según tu. Andate a la mierda weon, en serio, te podi ir bien a la mierda culiao’
- Puta si yo le creo a la Javi y ella no sería capaz de hacer una wea así. Ya a ver, cuéntame, como fue la wea.
- Mira weon, ¿Te acordai esa vez que llegaste tipo 6 de la mañana y todos estábamos durmiendo y empezaste a hacer escándalo pa que carretearamos contigo un rato y nadie te pesco? Yo estaba acostado con la Maka, el toño, el nacho y 2 minas más que ni me acuerdo como se llamaban, ¿Dónde andaba la May?
- Se había ido
- Si po, se había ido, adivina con quien  ¿Viste a Fab por alguna parte?
- Puta pero eso no significa nada
- Ya weon, mira estábamos todos carreteando en vola de paz y amor, metale copete  y weed y la Feña y yo habíamos salido a fumarnos unos puchos y al entrar por la cocina los vimos atinando. Puta la Feña me dijo que no te dijera nada y por eso me demore en decirte, porque no sabía como ibai a reaccionar, pero viejo, te merecías saber la minita que tienes al lado.
- Tu estay weon. No entiendo pa que inventai esta wea, me haci sentir como las weas y no tengo idea pa que.
- ¿Cómo que pa que? Si la wea que te estoy diciendo es verdad.
- ¿Sabi qué? Andate a la chucha weon, no te quiero ver más.

Mi “amigo” se paro y se fue, y yo ahí, quede en modo de espera. Después de un rato me bajó la rabia, no entendía como una persona se puede cegar tanto. Un  par de días después, recibí una llamada de la Feña diciéndome que la Javi se había enterado de mi hociconeada y que yo tenía estrictamente prohibida la entrada a su casa. Los carretes en casa ocupa siguieron por una temporada, pero sin la presencia de la Javi y Osvaldo.
Así pasaron los meses y yo seguí mi vida normal, pega, soltería, carretes, etc. Por la Feña me entere que Osvaldo y Javiera siguieron pololeando y que claro, la Javi negó todo hasta la muerte y el otro weas le creyó a ella, hasta que una buena tarde, mientras estaba en mis típicos quehaceres sacando la vuelta en la pega, recibo una llamada de Osvaldo, diciéndome que la había cagado. ¿Han sentido ese gusto, esa satisfacción cuando te dicen que tienes razón (y lo mejor de todo es que sabes que realmente la tienes), que cometieron un tremendo error y buscan tu perdón? Goce esa sensación increíblemente. Sólo te pregunte “¿Por qué?”
- Puta es que termine con la Javi. Resulta que me cago con un compañero de la U, la pille chanchita y ahí empezó todo po, nos pusimos a discutir con escándalo y me acorde de la wea que tú me habías contado y se la saque en cara. Cáchate que es cara dura, me admitió toda la wea y fue exactamente lo mismo que recuerdo que me contaste tú. Ese maricon de Fab, me la hizo el weon…
- Continúa…
- Resulta que Fab no había sido el primero y antes de que la pillara hubieron varios más.
Eso pasa cuando no confías en tus amigos, pensé, pero no quise decírselo. Bastante debía  tener con todo lo que se había enterado ese día. Además ya tenía mi satisfacción sabiendo que había sido un saco de weas conmigo. Terminé de escuchar su historia.
- Oie viejo, en serio discúlpame, debí saber que no me dijiste eso pa’ quitarme a la mina ni pa’ hacerme daño. Puta, espero que todo siga igual que antes…
- Tranquilo compadre, no hay rencores, todo seguirá igual…
No lo volví a ver en 4 años y nunca volvimos a ser amigos.

Waka waka


Año 2010. Mundial de Sudáfrica. He mencionado antes que uno de mis amigos tenia la facilidad de conseguirse una casa de retiro del sagrado corazón en tierras talagantinas. Jugábamos el partido contra Honduras y mi instinto femenino me decía que Chile iba a hacer una gran actuación. Nos juntamos con Fab y Luciano a ver el partido, pero como era tipo 7:00 de la mañana, no se nos ocurrió nada más brillante que juntarnos la noche anterior a degustar unos exquisitos rones y piscos para esperar el partido de la selección. Así avanzo la noche, fuerte y derecho a la borrachera. Tipo 4 de la mañana nos bajo el sueño y nos fuimos a acostar a algunos de los incontables camarotes que tenían en la casa de retiro, en total estado de ebriedad, yo sobre todo.
A las 7:30 me despierta Luciano con un cariñoso:
- Despiértate culiao’, que el partido ya empezó hace ene rato.
- Ya, ya weon, déjate de joder, si ya voy.
Me asomo al linving y ahí estaban los dos con sus bubucelas alentando a la roja. Con dificultad logre llegar al sillón y sentarme. Resulta que voy tomando atención al partido y Fabrizzio me tiende la mano y me pasa la botella de ron. ¡Póngale bueno vieja, que hoy Chile gana! Que le hace el agua al pescado, dije yo. Alentamos todo el partido fumando y empinando el codo.
A partir del solitario gol de Jean caca mis recuerdos comenzaron a desaparecer. Tengo algunos flashes, de momentos heroicos y otro no tanto.
Flash 1: Los baños estaban en el primer piso, y como era de esperarse después del partido, nos quedamos celebrando y tomando unas piscolas. En un momento determinado mi vejiga no dio para más y tuve que ceder ante los deseos de bajar al baño. Al llegar a la escalera, que era de 2 tramos, es decir, bajada, un descanso en donde había una imagen casi tamaño real de la virgen Maria, y nuevamente otra bajada hasta el 1er piso, perdí completamente el equilibrio y rodé escaleras abajo, dejando completamente hecha mierda a la virgen. Milagrosamente, como si ella se hubiera apiadado de mí, no derrame absolutamente ni una gota del trago que llevaba en mi mano derecha. Al levantarme tambaleándome para terminar de bajar la escalera, puesto que mi vejiga aun imploraba desahogo, volví a perder el equilibrio, pero mi vaso siguió intacto. Han pasado los años y aun no recuerdo ni carajo como hice para poder pegarme semejantes piruetas en caída libre por la escalera sin derramar nada de mi copete. Tiempo después me contaron que me encontraron ahí tirado en el piso quejándome de los golpes pero mi vaso se encontraba gloriosamente en perfecto estado. Mi instinto alcohólico supongo.
Flash 2: Caminábamos por las calles de mi pueblo, los 3 aun en un estado etílico deplorable. Recuerdo que esa noche había llovido. Nuevamente tuve problemas de equilibrio, caí con tan mala suerte que mi cabeza quedo sobresaliente por sobre la solera de la calle quedando expuesta al atropello. Pasó una micro interurbana a unos 10 centímetros de mi expuesto mate. Quede helado, me pare y nos miramos sorprendidos. Acto seguido recibí un par de wates y escuche al unisonó “Ten más cuidado aweonao”
Flash 3: Estábamos en un local de comida rápida. Comíamos papas fritas y eran tipo las 4 de la tarde. Terminamos y Fab se acerca a la caja a pagar la comida. Esta es la mía, pensé. Parto y le bajo pantalones y calzoncillos y salgo corriendo del lugar. Luciano cagao de la risa y este weon de Fab corriendo detrás mío para pegarme. “No sean maricones, paguen la cuenta”, le escuché decir a la cajera.
Vuelven las transmisiones. Estaba sentado en la esquina del pasaje donde vive mi mamá, escuchando música de mi celular y alguien me estaba llamando, era el Carlos, mi compañero del instituto:
- ¿Alo? ¿Dónde estay weon? La prueba ya va a empezar
- Puta deja concentrarme, ¿De qué prueba me estás hablando?
- La de hoy po weon, la de instalaciones.
-  ¿Y a qué hora era? - Todo daba vueltas aun en mi cabeza y no estaba seguro que día y hora era.
-  A las 18:00hrs
- ¿Y qué hora es?
- Las 17:52…
- Dale que te vaya bien en la prueba yo ya cague.
Entre en la casa de mi mama y me eche en remojo, llene la tina y ahí estuve un largo rato. Me fui a acostar sin pensar absolutamente en nada. Al otro día desperté más o menos a las 2 de la tarde con una caña de aquellas. Miro mi celular y tenia llamadas perdidas de Fab y Luciano. Llame a Fab.
- Buena viejo, ¿Cómo estás?
- Mejor que tu supongo, ¿te acordai de todas las weas que pasaron ayer?
- Siendo sincero, no weon. Tengo como 2 o 3 flashes de todo. Weon no se que chucha, me acuerdo del partido y después casi nada hasta como las 6 de la tarde. Bueno y que te baje los pantalones e hicimos perro muerto del duende azul jajjaajaja.
- Si po conchadetumadre, así no más, la venganza es dulce weon, espérate no más.
- Ya después me amenazas, dime que wea paso y que nos quedamos haciendo porque puta hasta a una prueba falte de lo mal que estaba ayer.
- Mira, lejos lo más notable que paso ayer fue tu waka waka.
- ¿Mi que weon?
- Waka waka. No podi no acordarte de la performance más notable que ha visto este pueblo.
- CTM, porfa cuéntame al tiro que wea fue lo que hice.
- ¿Te acordai que fuimos a comer papas? Bueno, ibamos por ohiggins y tu saltando a la orilla de la calle metale gritando a los autos que estaban en un taco, VIVA CHILE MIERDA, CHILE CAMPEON MUNDIAL, y una vieja que iba en su auto te grita: "Callen a ese borracho que parece weon.
- Yia y ¿Qué tiene de espectacular eso?
- Perate po, vas y nos dices: "Esta vieja falta de sexo va a saber lo que es bueno. Haces parar el transito justo en el auto de la vieja y te pones en la puerta del piloto, te bajai los pantalones y los boxers, empezai a menear las caderas y te poni a cantar a todo tarro el waka waka de shakira. Weon que manera de reir, y la vieja con ataque al todocardio.
- Ctm, ¿no me estay weando?
- Y la vieja baja el vidrio y nos empieza a gritar: "Saquenme a este ctm de al lado que lo mato aqui mismo". Vo cagao de la risa y la vieja bajandose del auto con un bate y 2 autos mas allá otro viejo mas bajandose a sacarte la chucha. Te pescamos de un ala y salimos corriendo muertos de la risa.
- No te creo ni una wea
- ¿Ah no? Mira esta foto
- Maricon ¿me sacaste una foto?
- ¿No te gusto bajarme los pantalones frente a la cajera que me gusta? Touche

Quisiera leer


Hoy me levante con ganas de leer, algo diferente, algo que haga cambiar algo de mí. Tengo ganas de sorprenderme. Leer algo así como Alas para vivir de Richard Bach, cuando me trajo de vuelta de una tremenda depresión y me enseño que todas las respuestas a cualquier problema están en mi interior, que hay un yo del pasado que aún hoy está presente, que vive aún conmigo y que puede ayudarme a recordar quien soy realmente.
Me levanto y lucho conmigo mismo para salir de la cama y enfrentar el frio de mi departamento, entro en la ducha para tomar ánimos y comenzar mi día.
Tengo ganas de leer algo así como La Tregua de Benedetti, esa historia tan cotidiana de un triste con vocación de alegre que me mostró como la vida de un adulto mayor, en realidad no es más que eso, un pequeña tregua en la antesala de un final esperado.
Como siempre, llego atrasado al trabajo, ahí está mi cómodo escritorio, esperándome para iniciar un día más de rutina. Me reúno con mi jefa para planificar el día y atender los asuntos más urgentes.
Tengo ganas de leer algo así como Pregúntale a Alicia, porque fue, cuando era muy pendejo, quien me enseño lo delicado de una amistad y que puedes perderla en cualquier momento. Todo en esta vida tiene una fragilidad inmensa.
Llega la hora de almuerzo y ahí está esa señora tan menuda y simpática del casino que siempre me da algo más de lo que corresponde, seguramente porque me ve muy flaco, o tal vez porque me estima. ¿Cómo le ha ido hoy, mucho trabajo?, me pregunta siempre.
Tengo ganas de leer Los renglones torcidos de dios de Torcuato Luca de Tena, una historia enigmática y bien construida y en la cual no puedes dilucidar el final hasta que lees el mismo final de la historia, unas 3 páginas antes de terminar el libro.
Paso la tarde revisando el edificio, sacando fotos de todo aquello que está dañado. Vuelvo a mi cómodo escritorio a realizar los informes del día y enviar correos a todos esos personajes a quienes tengo que rendir cuentas, los jefes del Olimpo. Que tarea más tediosa.
Recuerdo mi lectura de La tía Julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa. Que historia más emotiva y sincera y con un final como los que me gustan, realistas.
Ya es de noche, tomo mi mochila y salgo a esperar el colectivo que me lleva a mi departamento, en el viaje reviso mi celular en busca de mensajes o novedades en facebook. Abro la puerta de mi hogar, pongo el hervidor para prepararme once.
Pienso en la vez que leí En las montañas de la locura de H.P. Lovecraft. Me parece increíble cómo puede lograr sumergirte en las sombras de la locura con sus descripciones de seres ancestrales del espacio. Como voló mi imaginación con este relato.
Prendo el lcd de mi pieza para ver las mismas películas de siempre mientras tomo once. Al terminar me levanto para hacer algo de aseo.
Viene a mí la imagen de Hacia rutas salvajes, Alexander Supertramp realizo el sueño que siempre tuve, ser capaz de dejar todo atrás y vivir la aventura, el vivió y me conto esa aventura. Tal vez algún día…
Ya se hizo tarde otra vez y debo dormirme para mañana levantarme otra vez y vivir esta rutina…
Como escribio uno de mis amigos literarios, Mario Benedetti: "Tengo la horrible sensacion de que pasa el tiempo y no hago nada y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz".

Quisiera haber podido leer…

Una última vez


Rodrigo era un joven común, con gustos simples y costumbres de hogar. Siempre enfocó su vida en lograr las metas que toda persona de su especie quiere alcanzar. Lograr obtener un título, trabajar, tener esposa, casa, auto, tener algún animal, y obtener una jubilación medianamente decente. Su vida estaba completamente planeada y él como una persona de carácter ordenado y estructurado le parecía un perfecto plan. A sus 26 años, su último año de universidad, conoció a Beatriz, una joven muy parecida a él, tranquila y alejada del mundo bohemio. Concentrada en metas muy similares a las de él. Congeniaron perfecto, se llevaban de maravillas y al compartir metas, tenían las consideraciones suficientes con el otro para darse sus espacios y no dejar atrás sus momentos de estudio, trabajo e investigación de temas varios.
Rodrigo estaba feliz, sentía que al conocer a Beatriz ya había, en cierto modo, alcanzado su objetivo en la vida, junto a ella todo sería mucho mejor.
Una tarde de domingo, cuando ya llevaban 10 meses de pololeo, se encontraban en casa de Beatriz viendo una película sentados juntos en el living de la casa. Al ir viendo la película pudieron escuchar una frase que llamo la atención de los dos: “La vida no se mide en minutos, se mide en momentos”. Tenían la costumbre de que si algo les llamaba la atención, ya sea en un libro, pintura, serie, película, etc, se lo comentaban al otro y debatían sobre eso. Beatriz comenzó:
- ¿Qué te parece la frase?
- Creo que es totalmente cierta, nuestras vidas tienen infinidad de minutos y ninguno de nosotros mide esos minutos, si te preguntara qué hiciste el mes pasado, cierto día a cierta hora ¿Lo recordarías?... No, ¿Cierto? La medida de nuestras vidas son esos 4 ó 5 recuerdos que te han marcado, supongo que el nacimiento de un hijo, el matrimonio, la muerte de algún ser querido y momentos que te hacen madurar a la fuerza, esos que te cambian para siempre. Y bueno, lo que termina de medir también, para mí, una vida, es la muerte, siempre he creído que una historia es tan buena como su final.
- Buen análisis, estoy de acuerdo contigo, pienso lo mismo. Por cierto, para mí, uno de esos momentos fue haberte conocido- Ella se sonrojo.
- Para mí también, puedo decirte con seguridad que no necesito conocer a otra mujer.
Se abrazaron y besaron cariñosamente. Continuaron viendo el resto de la película.
Rodrigo comenzó a sentir una leve molestia en su cabeza, un dolor punzante y agudo en su nuca. Se disculpó con Beatriz y fue al baño a mojarse la cara. Entró al baño y se mojó la cara, esto calmo un poco los mareos, se sentó en le WC para descansar un poco, sus piernas temblaban y no se sentía capaz de volver al sillón. Comenzaba a asustarse, esto de desmayarse no le había sucedido nunca. Empezó a notar un entumecimiento en la parte del cerebro que antes tenía un agudo dolor. Acto seguido, llego a él la sensación de desvanecimiento. Se iba a desmayar en cualquier minuto así que se apresuró a sentarse en el piso, en caso de que cayera, el golpe fuera menor.
Intento gritar para llamar a Beatriz o a alguien de su familia y notó que no podía hablar, articulaba frases con fonemas que no tenían significado alguno, sólo lograba emitir sonidos guturales. Su corazón iba a toda prisa, el miedo lo invadió y no sabía cómo reaccionar. Se intento levantar, no importaba si se golpeaba, al menos alguien lo encontraría al escuchar el sonido del golpe en el piso. Tenía que ir a un hospital, por lo que sabía de ciencias, perder la capacidad de hablar era síntoma de algo muy grave. Tomó impulso para levantarse pero no pudo, cada musculo de su cuerpo estaba rígido como la piedra. Su cuerpo se desplomo en el piso del baño, sin que él pudiera hacer absolutamente nada. “Por la puta, ¿Qué le pasa a mi cuerpo?”, pensó. Sintió que sus pulmones se habían detenido, junto toda la fuerza que pudo para reunir suficientes energías y dar un profundo suspiro.
Beatriz abrió la puerta, él ni siquiera había escuchado que hace algunos instantes estaban llamando a la puerta.
- ¡Mamá, llama una ambulancia, Rodrigo se desmayó!
- ¿Qué?
- ¡Apúrate!
Ella lo tomo en su vientre y pidió que reaccionara, pero Rodrigo solo permanecia inmovil con los ojos semi abiertos. Beatriz lloraba desconsolada.
Rodrigo pensaba y pensaba y no lograba entender lo que sucedia, su cuerpo permanecía inmóvil, su respiración, aunque débil, se mantenía medianamente estable, su corazón latía lenta y erráticamente, dándole la impresión de que se detendría en cualquier momento. La bomba que impulsaba su sangre había estado toda su vida en el mismo lugar, pero jamás la había llegado a sentir como ahora, como parte de una fría máquina a punto de fallar. Cresta, no quiero morir, no ahora que tengo todo lo que quiero al alcance de la mano. ¿Qué será de mis sueños y de la familia que aún no logro formar con Beatriz?, pensó.
Su conciencia comenzaba a fallar, en cualquier minuto perdería el conocimiento. Uso toda su fuerza de voluntad para concentrarse en algo, en Beatriz, en el espejo del baño, en un sin número de recuerdos. Descubrió que este ejercicio lo mantenia despierto, si llevaba a relajarse, tenía la impresión de que se dormiría definitivamente.
Llegaron los paramédicos a toda prisa, pidieron a Beatriz que saliera del diminuto baño para poder atender a Rodrigo. Lo colocaron en posicion recta y uno de los paramédicos tomó el pulso de Rodrigo...
- Lo lamentamos mucho señorita, ya está muerto.
-¿Qué? ¿De qué chucha está hablando si yo estoy aquí? ¡Beatriz no les creas!- Pero se dio cuenta que las palabras nunca salieron por su boca.
El otro paramédico, paso sus manos por los ojos de Rodrigo cerrandolos para siempre.
En esos momentos Rodrigo sólo podía escuchar.
- Ha sido un ataque al corazon fulminante- declararon los paramédicos.
En ese punto todo se volvio vertiginoso para Rodrigo, su conciencia iba y venia. Lo siguiente que supo fue estar en lo que el supuso, era la funeraria, metieron algodon en su boca, parcharon sus ojos para evitar el reglejo de que sus parpados se abrieran, lo vistieron y metieron en un ataud. Aunque las lágrimas no salían por sus ojos, estaba desesperado, intentando por todos los medios mover algún músculo de su cuerpo para que alguien notara que no estaba muerto. Pero no había caso, el cable que conectaba a su cerebro con su cuerpo estaba totalmente cortado. Intentó lo que a su racionalidad le parecia una estupidez, pero ya no había nada que perder. Comenzó a llamar con la mente a Beatriz. Como era de esperarse, no funcionó.
Su cerebro se normalizó y ya no tenía la sensación de perder la conciencia, pero aún no podía moverse ni hablar. Escucho cánticos y oraciones. Estaba en su funeral.
Le escucho a Beatriz:
- Te voy a amar siempre amor, no te voy a olvidar nunca.
- Sólo quiero que seas feliz- pensó Rodrigo.
En alguna de sus muchas lecturas él había visto descrita esta situación, como se llamaba su padecimiento, cata… no lograba recordarlo. ¡Ah, sí, catalepsia! Que destino más cruel le esperaba, despertar dentro de su propio ataúd para morir en total soledad, hambre y desesperación. La única idea que lo consolaba era haber amado, haber tenido sueños y saberse recordado.
Cuando vas a morir dicen que ves pasar tu vida como una película, con los momentos más importantes, aquellos que te han marcado. No es cierto, pensó Rodrigo.
Dicen que una vida se define por esos 4 ó 5 momentos cruciales y que te marcan, tampoco eso es cierto, pensó.
 Es todo una mentira, nunca ves pasar esa película, lo que realmente sientes es un miedo terrible, saber que estas en una incertidumbre total, ¿Vas a ir a algún lugar como describen en los cuentos, el cielo o infierno, o la máquina a la que llamas cuerpo simplemente se apaga y dejas de existir? Por sobre todas esas emociones y pensamientos está el de que te arrepientes, no de lo que hiciste, sino de lo que dejaste de hacer, porque ves que no tendrás, al estar ahí al filo de tu propia muerte,  otra oportunidad.
Lo único que Rodrigo quería era una última vez, un último beso y una despedida más digna, un final mejor.

Llevo años soñando contigo...


Cuando era pendejo tenía esa extraña idea de que había alguien especial para mí. Ese típico pensamiento de que todos estamos prácticamente predestinados a estar con alguien, solo tenemos que esperar el momento exacto, algo así como el cuento de las almas gemelas.  ¿Qué wea mas ridícula, cierto? ¿Cómo cresta se supone que la voy a encontrar entre 7 mil millones de personas? ¿Y si se le ocurrió nacer con mi mismo sexo o en China? Porque supongo que así funciona esto, es azar. No sé, me decepcioné tanto, que mucho tiempo simplemente me dedique a ser putazo, mujer que me coqueteara o que a mí me gustara, teníamos sexo y después cada uno seguía su camino. Me gustaba este sistema, te ahorras montón de problemas y malos ratos y conservas completamente tu tiempo para hacer lo que realmente te gusta. Porque, seamos sinceros, estar en pareja es complejo, y muchas veces haces cosas para dar en el gusto a quien amas. Claro estando enamorado, uno no nota lo que deja de lado por estar con alguien, que en el 90% de las veces no compartirá todos nuestros gustos. ¿Quién necesita eso?, pensaba yo. Por otro lado, compartía, las invitaba a mi departamento, disfrutábamos lo que teníamos que disfrutar y después, que te vaya bien hasta la próxima vez. Más de una vez me paso que alguno de los dos confundía las cosas o, peor aún, buscábamos algo que fuera más estable. Aunque admito que cuando era yo el que sentía algo más, me alejaba automáticamente, no por miedo al compromiso como muchas de mis amigas creen cuando les hablo de esto, sino porque sinceramente me acomodaba esa vida. Entre mi trabajo, mi familia, mis amigos y mis hobbys tenía copado mi tiempo.
Así vivía mi vida de adulto, sin tener demasiados compromisos y usando mayormente mi racionalidad. Hasta que un día vino a mí una vieja amiga, a quien no veía hace años. Llego una noche a visitarme mientras dormía, lo poco que recuerdo de ella al despertar es que tiene aproximadamente mi edad. Es una morena de estatura media, unos 1,60 de estatura. Entretenida y le gusta tan poco como a mí la rutina. Fuimos en un viaje al sur, a los dos nos encanta Valdivia. Paseamos por los bosques, hicimos una fogata y nos sentamos a conversar, como viejos amigos. También me encanta discutir con ella, porque realmente no nos enojamos con el otro, siempre logramos entender que entre nosotros dos no hay ego, no porque decidamos ceder frente al otro para dar la razón y mantener la paz, como sucede en la mayoría de las parejas, sino porque tenemos un sentimiento de complementariedad, no es que lo racionalicemos en un pensamiento y digamos que no queremos ofender al otro, simplemente entendemos intrínsecamente que el otro jamás va a querer dañarnos, nada de lo que digamos o hagamos tiene como fin, directa o indirectamente, herirnos. Nos reímos de todo y nos gusta desafiarnos, no para probar ser mejor o peor, es simplemente porque lo encontramos entretenido.
Desperté con una sonrisa y queriendo poder volver a cerrar los ojos y verte nuevamente. Pero lamentablemente los sueños no funcionan de esa manera. Siempre es un gusto poder despertar aún con tu recuerdo fresco, con esa mirada de niña, esa personalidad maravillosa, con esos esquivos roces, esa sensación de amor y complicidad, tus carcajadas de risa. No tengo ninguna certeza de dónde vienes a mis sueños, tampoco creo en señales celestiales de que algún día te conoceré. Sólo sé que quiero volver a soñarte. Gracias por ayudarme a recordar que no todo es un frío cálculo, ni una vida sin compromisos.

El vuelo de los ángeles.

23 de Septiembre de 2005. El bus avanzaba a 100km/h, pero a mí me parecía lentísimo. Sudaba frío y mi corazón latía muy rápido, dándome la impresión de que iba a explotar en cualquier segundo. Aún no entendía bien que sucedía y como habían acontecido los hechos, solo me remitía al mensaje que pocos segundos antes había aparecido en la pantalla de mi celular: “La Marion está muerta”.  ¿Qué cresta había pasado? Yo venía viajando de Malloco hacia Santiago. Intenté llamarla a su celular, pero como era obvio nadie contestaba. Me bajé en estación central y corrí hacia el metro para ir en dirección a la zona norte, donde ella vivía. Bajé del metro para tomar la micro que me llevaría hasta su casa. Como iba vacía, me senté al fondo y prendí un cigarro tras otro. El chofer no dijo nada. Marion estaba en Francia. ¿Qué le había pasado? ¿Sería real todo lo que sucedía? ¿Habría sido por motivo de él y lo que había pasado acá en Chile sólo unas semanas antes? ¿Habrían sido las diferencias con su papá? Todo daba vueltas a mil por hora en mi cabeza. Esta wea tenía que ser una broma del peor gusto, pero ella no me enviaría un mensaje de ese calibre intentando hacer una broma. ¿Y si alguien le había sacado el celular en el colegio para vacilarme? Eso explicaría porque no contestaba mis insistentes llamadas, no, que Marion hubiera muerto en realidad también explicaba perfectamente porque no me contestaba el celular. “Cresta, ¿Qué hago?”, pensé.  Después de lo que me pareció una asquerosidad de eternidad de viaje, llegué a Conchalí. Bajé en independencia y corrí hasta su casa. Al llegar, estaba ella ahí, con la expresión más desgarradora que se pueda imaginar, sus ojos llenos de lágrimas y aún así intentando dedicarme una sonrisa. La abrace para intentar consolarla, después de todo su hermana menor estaba muerta. ¿Qué se hace en esos casos? ¿Qué es lo que puedes decir para ayudar a aminorar el dolor? Sólo me limité a un frío y estúpido “Lo siento mucho”. Dos de sus amigas me dijeron que saliéramos a fumar y la dejé a ella con su mamá.
Resulta que Marion había saltado de un 11avo piso junto a su mejor amiga allá en Francia.  No hubo carta de despedida, no existieron motivos conocidos para la policía o los familiares del por qué de esta tragedia. Se encontraban en un carrete en el departamento de un amigo de ellas, según los testigos, no hubo motivo, se pararon, se tomaron de las manos y corrieron hacia el balcón que daba directo al vacio sin decir ni una sola palabra. Luego supimos que los diarios parisinos titularon el hecho como “El vuelo de los ángeles”.
Con el correr de la investigación se encontró una nota en el pantalón de Marion que decía: “No pude olvidar”. Yo y Daniela supimos de inmediato qué significaba esa corta frase. Lo que paso esa noche del 8 de Agosto no la dejo de seguir nunca más, hasta que decidió que era hora de volar.

Por favor, rebobinar

25 de Septiembre de 2005. El efecto mariposa, la teoría del caos, ley de Murphy. Llamémosle como se quiera. Todas apuntan a situaciones y circunstancias en las que tenemos poco o ningún control. Ciertamente existen hechos o pequeños detalles que pueden definir una vida completa, es impresionante como he aprendido repetidas veces esto en mi viaje. El detalle más mínimo, como por ejemplo tomar una micro e ir a buscar a alguien en vez de que lo haga otra persona, puede salvar una vida, puede reescribir una historia, se puede generar una vida completamente distinta. Quisiera apretar “rewind” y cambiar las cosas, haber salvado a Marion, y tal vez, seguir con Daniela. Sólo necesito unos minutos, solo tengo que decirme a mí mismo: “Si, es importante, toma esa micro y anda a buscarla, no sabes cómo cambiará tu vida, puedes salvarlas” Sólo ese corto diálogo cambiaria muchas cosas, vidas enteras. Pero lamentablemente ni existe ese botón ni estuvo en mis manos salvarlas. La cicatriz en el dorso de mi mano con la marca del cigarro apagado directamente en la piel no se borrará nunca.
Cuando las personas me dicen que tenga éxito, que todas las cosas están en mis manos y que si pongo el suficiente empeño podre volver las circunstancias a mi favor, o como dice el escritor paulo coelho: “el universo conspirará a tu favor”. Mis weas, jamás controlaremos la situación, por falta de información, por falta de recursos, por falta de motivación. Quién  se crea con tanta omnipotencia y omnipresencia es un idiota.
Hoy sé que lo mejor que puedo hacer es fluir y adaptarme.

Requiem por una venganza

Ahí estábamos los dos, él atado a la silla con la mordaza en la boca, yo de pie frente a él, con el revólver en la mano. Me acerque a bajarle la mordaza para que pudiera hablar cuando despertara.
Adolfo, un gran amigo, me había dado las llaves de ese galpón abandonado en panamericana. Tal como en una película, había un foco iluminando su cabeza y el resto de la habitación estaba en penumbras. El cloroformo aún hacia su efecto en él, estaba inconsciente.
Deje el revolver sobre la mesa. Y fui por el cuchillo carnicero, si iba a hacerlo, el hijo de puta tenia que saber porque estaba ahi y tenia que sufrir.
No era el plan perfecto, en algún punto la policia iba a dar conmigo. Eso me importaba un carajo. Era un viaje sin regreso directo a un acantilado. No iba a pasar años en la carcel, asi que como él, yo estaba jodido.
Me sente a pensar que haria, mientras se iban los efectos del cloroformo. Me acorde de ellas, mas que nada de Marion, ¿Qué me diria si estuviera ahi conmigo? ¿Me apoyaria, o me diria que todo lo que estaba haciendo no hacia nada mas que llevarme a una inutil muerte?
Es cierto que muy en el fondo de mi razon sentí que estaba haciendo esto por una satisfaccion personal, no por vengar el suicidio de Marion, no por vengar a Daniela. Algo en mi cabeza me decia que era para satisfacer mi sed de venganza, por mas que yo intentaba autoconvencerme de lo contrario.
-¿Que mierda, donde estoy?, le oí decir
Levante mi cabeza para mirarlo, su cabeza cubierta con una capucha volteaba de izquierda a derecha freneticamente.
- Contestenme por la mierda, ¿Dondé estoy?
Me acerque lentamente y le pregunte:
-¿En serio no tienes idea de porque estas aca?
- Weon sueltame, que chucha te pasa enfermo de mierda...
- Pense que eras mas inteligente, encontrandote en una situacion asi, me hablas de ese modo, pase muy despacio el cuchillo por su garganta.
- Cobarde culiao', sueltame y vemos como te va.
Puse más presion en el cuchillo, haciendo un pequeño corte y dejando en silencio al muy imbecil. ¿Por qué lo estaba disfrutando tanto? ¿Acaso porque él me estaba dando la razón al demostrarme que el mundo estaria mejor con un cabron menos como él?
- Si vas a matarme, por lo que sea que tu enfermo cerebro piensa que debo morir, hazlo luego maricon.
- Si piensas que voy a darte ese gusto, eres mas estupido de lo que pense.
Volvi a la mesa, tome uno de los cinturones que habia ahí. Regrese y se lo puse en la pierna a modo de torniquete.
- ¡No, por favor!
Clave el cuchillo sin titubear y lo giré para abrir más aún la herida.
Grito con la boca cerrada, era un tipo duro, eso tenia que reconocercelo.
- ¿Que wea te hice para que me hagas esto?
- A mi nada directamente... Pero alguien a quien quise mucho murio por tu culpa, y alguien a quien amo quedo muy mal por tus actos, y creeme que todo tiene un precio en esta vida.
- Pero que mierda weon, que cresta...
¿De que chucha estay hablando?
- La noche del 8 de Agosto, cuando saliste con Marion y Daniela a la Blondie... ¿te acuerdas ahora?
Guardo silencio por varios minutos, seguramente recordando todo y planeando sus próximas palabras para intentar salvarse de lo que sabia, para él, era un callejon sin salida. Me apresuré a sacarlo de su cavilacion enterrando el cuchillo en su otra pierna. Esta vez grito lo las fuerte que pudo.
- No seas tan basico, ¿Crees que estaria haciendo esto sin ponerte una mordaza si supiera que alguien puede escucharte?
Con lo inesperado de mi reaccion olvide poner un torniquete en su otra pierna, pero aun asi duraria lo bastante como para seguir haciendolo sufrir.
Le saque la capucha, tome una silla y me puse frente a él.
-¿Tú?
- Si maricon, yo...

Volvi a la mesa y tome el revolver
- ¿Que piensas hacer weon? Calmate, hablemos, yo te puedo explicar todo. Marion me dijo que ella hacia ese tipo de cosas todo el tiempo, no fue mi culpa, y Daniela solo se nos unio...
- Solo tenian 14 y 16 años ¿Esa es tu mejor justificacion?
- Pero weon si estabamos todos drogados y curados
- Tienes 31 años...
Lo mire unos segundos y meti mi mano en mi bolsillo. Saque la cajetilla y prendi un cigarro. Fume mientras me decia todo tipo de cosas para que lo perdonara. No puse atencion a ninguna de ellas. Al acercase las ultimas fumadas, tome su mano y la gire para que el dorso quedara hacia arriba.
- Te devuelvo la cicatriz. Apague el cigarro directamente en su piel.
Acerque el revolver a su entrepierna y aprete lentamente el gatillo, vi como se retorcia, como gritaba y lloraba por el dolor.
Sollozaba con la cabeza baja, los ojos cerrados y murmurando algo que yo no entendia. Me diriji a la entrada del galpon, ahí habia dejado un bidon con bencina. Rocie todo el contorno del galpon. Él ya no podia prestar atencion a la realidad, el dolor no se lo permitia.
Es gracioso, en vez de pensar en mi familia, en mis amigos, en mis sueños, en todo lo que dejaria atras. Ni siquiera pensé en Daniela, es decir, si lo hice, pero por sobre todo estaba mi sentimiento de satisfacción. El hecho de saber que habia podido acabar con ese cabron. Saque mi cajetilla para fumar mi ultimo cigarrillo.
- Por la mierda, esta vacia, pense.
Mauricio ya estaba inconciente por la perdida de sangre. Meti mi mano en uno de sus bolsillos. Tome la cajetilla bañada en su sangre y saque uno de los cigarros en su interior, lo prendi y lance el encendedor de mecha hacia el camino que habia hecho con la gasolina por todo el contorno del galpon.

Así de perfecto sucedio todo en mi mente, en la realidad, me limite a mirar desde lejos a Mauricio en el velorio de Marion, sabiendo que nunca podria hacer nada...